Errores comunes al contratar el desarrollo web (y cómo evitarlos sin ser técnico)
Contratar un servicio de desarrollo web puede ser una de las decisiones más importantes que tomes para tu negocio. Y lo sé porque he acompañado a decenas de empresarios que buscaban transformar sus ideas en realidades digitales, pero tropezaron con obstáculos que podrían haberse evitado con la información adecuada. En este artículo quiero contarte cuáles son los errores más comunes al contratar un proyecto web y cómo puedes evitarlos, incluso si no tienes conocimientos técnicos.
No tener claros los objetivos del sitio web
Uno de los fallos más habituales es comenzar un desarrollo web sin una idea concreta de lo que se quiere conseguir. ¿Buscas captar leads? ¿Aumentar ventas? ¿Generar autoridad de marca? Si no defines esto desde el principio, será muy difícil que el resultado final cumpla su propósito.
Como empresario o responsable de marketing, no necesitas saber programar, pero sí tener una visión clara de lo que esperas del proyecto. Esto te permitirá orientar correctamente a la empresa de desarrollo web que contrates.
Elegir solo por precio (y no por valor)
Otro error muy extendido es buscar el proveedor más barato. Lo entiendo: todos tenemos presupuestos. Pero lo barato muchas veces sale caro, especialmente cuando hablamos de desarrollo web profesional. Un sitio que carga lento, falla en móviles o tiene problemas de seguridad puede hacerte perder clientes y reputación.
Es clave valorar el enfoque estratégico, el soporte postventa y la capacidad del equipo para entender tu negocio. En nuestra experiencia, los clientes que confían en soluciones web personalizadas obtienen resultados muy superiores a quienes optan por “plantillas baratas”.
Falta de implicación en el proceso
Muchos piensan que basta con contratar y delegar por completo el proyecto, pero un desarrollo web realmente efectivo se construye en colaboración. Si bien no necesitas entrar en detalles técnicos, tu visión y tus aportes son fundamentales en la toma de decisiones.
La comunicación constante con el equipo técnico marca la diferencia entre un producto genérico y una solución alineada con tu identidad de marca y objetivos de negocio.
No pensar en la escalabilidad
Hoy puedes necesitar una web corporativa simple. Mañana, una tienda online. Si el desarrollo inicial no contempla la posibilidad de crecimiento, podrías verte obligado a rehacer todo desde cero. Y eso supone perder tiempo y dinero.
Asegúrate de que el equipo con el que trabajas tenga experiencia en desarrollo de páginas web a medida, con arquitectura escalable y adaptable a nuevas funcionalidades.
Ignorar el posicionamiento SEO desde el principio
Un gran diseño sin visibilidad es como tener una tienda preciosa… en medio del desierto. Muchos desarrolladores web se enfocan únicamente en la estética, ignorando aspectos clave para el posicionamiento en buscadores.
Desde las URLs amigables hasta la optimización de imágenes o la estructura de encabezados, el SEO debe estar presente desde la primera línea de código. Si tu proveedor no te habla de esto, preocúpate.
Elegir a alguien sin referencias ni casos reales
Elegir un desarrollador solo por su palabra es un riesgo. Hoy en día es muy fácil tener una web bonita o un perfil en redes, pero lo importante es ver resultados reales: ¿qué tipo de proyectos ha llevado a cabo?, ¿con qué tipo de clientes ha trabajado?, ¿hay testimonios verificables?
Una empresa seria y con trayectoria, como ocurre con Ideatic, te mostrará casos de éxito que se alineen con lo que tú estás buscando. No te conformes con promesas, pide evidencias.
No priorizar la experiencia del usuario
Otro error muy frecuente es pensar que una web bien hecha es solo la que “se ve bonita”. La realidad es que la experiencia de usuario lo es todo: navegación intuitiva, tiempos de carga rápidos, diseño responsive, llamadas a la acción claras…
Un buen desarrollo web combina diseño visual y funcionalidad, siempre poniendo al usuario en el centro. No hace falta ser técnico para darte cuenta si tu sitio es incómodo o confuso. Si tú no entiendes cómo navegarlo, tus clientes tampoco lo harán.
Pasar por alto la fase de mantenimiento
El desarrollo web no termina cuando se publica la página. Muchas empresas cometen el error de no prever el mantenimiento: actualizaciones, correcciones, ajustes de seguridad, etc.
Un proveedor de servicios de desarrollo web serio te explicará la importancia de esta etapa y te ofrecerá soluciones a largo plazo. Lo que parece un gasto adicional en realidad es una inversión que evita futuros dolores de cabeza.
Subestimar la importancia del contenido
Aunque el desarrollo web se enfoca en lo técnico, el contenido sigue siendo el rey. Muchas veces se lanza una web con textos genéricos, imágenes sin contexto y sin estrategia de comunicación clara.
Un proyecto digital efectivo requiere alinear el diseño con un mensaje persuasivo, adaptado a tu público objetivo. Si no cuentas con equipo interno para ello, asegúrate de trabajar con alguien que pueda asesorarte también en ese aspecto.
Cómo evitar todos estos errores sin ser técnico
Ahora viene lo mejor: no necesitas ser un experto en programación para evitar estos errores. Lo que sí necesitas es hacerte las preguntas adecuadas, rodearte de los profesionales correctos y estar dispuesto a participar activamente en el proceso.
Aquí van algunas recomendaciones prácticas:
- Define claramente tus objetivos antes de empezar.
- Evalúa a los proveedores por su experiencia, no solo por el precio.
- Pide referencias y casos reales de éxito.
- Exige que el proyecto contemple SEO desde el inicio.
- Asegúrate de que el diseño sea intuitivo y adaptado a móviles.
- Pregunta por la escalabilidad y mantenimiento del sitio.
¿Y ahora qué?
Si estás pensando en lanzar o renovar tu sitio web, tómate un momento para reflexionar sobre estos puntos. La diferencia entre una web que simplemente “existe” y una que realmente genera resultados está en los detalles.
En Ideatic llevamos años acompañando a empresas como la tuya, desarrollando soluciones tecnológicas reales, personalizadas y orientadas a objetivos. Sin rodeos, sin jerga técnica innecesaria, y con la transparencia que todos quisiéramos al contratar un servicio así.
¿Quieres asegurarte de no cometer estos errores y empezar con buen pie?
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